Un objetivo común que da lugar a
Nuestro proyecto
Mejorana quiere ser un recurso comunitario y de apoyo a las familias, sobre todo, a las mujeres. Ser un proyecto educativo común para nuestra comarca.
Nuestros compromisos
Se cree y defiende una escuela pública.
Se realiza una adaptación a cada pueblo, según sus necesidades.
Se cree en el valor y la riqueza de las zonas rurales, tanto a nivel medioambiental como a nivel cultural y social y se intentan transmitir esos valores a los alumnos y alumnas. Se considera que el conocer y disfrutar la naturaleza inspira la creatividad y el desarrollo humano.
Se reflexiona y trabaja la relación niños, niñas/ consumo. Así como la relación entre tener y ser.
Se facilita la formación y el empleo a las mujeres rurales que viven en el medio rural.
Se atiende a las demandas de las familias y las comunidades.
Se quiere mantener los puestos de trabajo en las mejores condiciones posibles.
Se cree en el valor y la riqueza de las zonas rurales, tanto a nivel medioambiental como a nivel cultural y social y se intentan transmitir esos valores a los alumnos y alumnas. Se considera que el conocer y disfrutar la naturaleza inspira la creatividad y el desarrollo humano.
Se ayuda a que los niños y las niñas sean felices y se le facilita su incorporación a la sociedad en las mejores condiciones facilitando una oportunidad de desarrollo integral al menor y una mejor conciliación de la vida laboral y familiar a los padres y madres.
Identificarse con uno mismo y su entorno
En esa etapa educativa de conocimiento y descubrimiento del mundo y de su entorno, es importante guiar a los alumnos y alumnas hacia su realidad rural, alentar sus intereses, la búsqueda y el conocimiento del ambiente que les rodea. Es decir, identificarse con ellos mismos y su entorno.
Se cuida la educación para la paz, la equidad, el respeto a los demás, la tolerancia, la convivencia, la solidaridad, la coeducación, la libertad y la democracia como vía hacia la humanización de la sociedad. El principio de colaboración con los demás.
Resaltamos, también, la importancia de la afectividad, ya que el equilibrio y la armonía personal pasan por la capacidad de establecer y disfrutar las relaciones humanas. Se mantiene la red social que hace posible la continuidad del proyecto y se colabora en fijar la población al medio rural.
Si bien la educación de los niños y niñas menores de 3 años ha correspondido en el pasado en su totalidad a la familia, en nuestra época, el proceso de transformación del medio familiar, la incorporación de la mujer al mundo laboral y las condiciones de vida actuales hacen necesaria la colaboración de instituciones que participan con las familias en el proceso de educación de los más pequeños.
La Educación Infantil
La Educación Infantil supone una contribución al desarrollo y al aprendizaje de los niños y niñas desde sus primeros años de vida. La intencionalidad general de la acción educativa se orienta en esta etapa, hacia la creación de un ambiente y un marco de relaciones que posibiliten y potencien el crecimiento sano de los niños y niñas, la cooperación con las familias , la convivencia y conocimiento de niños y niñas y familias de otras culturas y la comunidad en general, en la promoción del desarrollo armónico en sus distintos ámbitos: motor, cognitivo, lingüístico, de relaciones interpersonales, de actuación e inserción social y de equilibrio personal.
También supone colaborar con las familias para educar los niños y niñas dentro de su realidad, con sus verdaderas circunstancias socioeconómicas y culturales, cuidando las influencias de valores externos, como el consumismo, la moda…
Nuestras acciones
Promover un desarrollo armónico e integral de los niños y de las niñas en los aspectos físicos, afectivos e intelectuales, atendiendo a sus necesidades, potenciando y valorando sus capacidades, respetando sus intereses y posibilitando, a la vez, las diferentes formas de expresión.
Favorecer la inquietud y curiosidad de los niños y niñas por su propio entorno físico, social y cultural en el medio rural; facilitando los recursos para conocerlo, comprenderlo y respetarlo. Se potencia una actitud crítica y constructiva respecto a la realidad que, a la vez, les permita adquirir una visión positiva de la vida.
Entender la labor de las educadoras como facilitadora de recursos, dinamizadora de procesos, que con una actitud abierta y flexible y en formación permanente, trabajan en equipo para conjugar la tarea de todas y ofrecer a la comunidad educativa confianza y unidad en el proyecto educativo.
Propiciar y facilitar el establecimiento de relaciones sociales y afectivas en toda la Comunidad Educativa: entre niños y niñas, entre los niños y niñas y los adultos, entre las profesionales y las familias, transmitiendo, con esta actitud, la importancia del respeto y la consideración hacia los demás, valorando la riqueza que aporta la diversidad (de sexo, estilos de vida, ritmos de aprendizaje, origen, ideología, situaciones económicas, culturas, religiones etc.)
Creer en la participación como forma de organización y funcionamiento, que se manifieste en todos los momentos y ámbitos de la vida escolar. Propiciando espacios y canales de información y comunicación variados, que favorezcan la reciprocidad, de forma que toda la Comunidad Educativa encuentre los cauces adecuados para poder manifestar sus inquietudes y formar parte de un proyecto común.
Considerar la enseñanza-aprendizaje como un proceso activo de construcción e investigación, donde los niños y las niñas son los protagonistas de su proceso de aprendizaje, para lo cual, se fomenta la curiosidad, la investigación, la iniciativa y la reflexión.
Valores y educación
Todos estos objetivos quieren lograrse fomentando una serie de valores en nuestra tarea educativa diaria. Sabemos que educar en valores no es tarea fácil y a menudo es fuente de conflictos, pero, al ser la educación un proceso de socialización, de interiorización de hábitos, conocimientos y de ideas, conlleva, paralelamente, un proceso de transmisión de valores. La educación permite, en fin, avanzar en la lucha contra la discriminación y la desigualdad. Es por esto que se hace imprescindible explicitar estos valores y establecer las líneas de actuación que estos determinarán sabiendo, al tiempo, que estos valores no existen al margen de la dinámica social y no pueden ignorar la realidad socioeconómica y cultural ni el marco de referencia donde nos desarrollamos, por lo que, explicitamos los valores constitucionalmente reconocidos en materia de educación como son aconfesionalidad, la coeducación, la igualdad de oportunidades y los valores democráticos.
Así mismo, es importante señalar que los “valores” como tales, no son un “contenido” a impartir dentro del currículum educativo. Educar en valores es un trabajo continuo, es crear espacios donde se puedan desarrollar, es observar unas conductas que permitan comprenderlos, es, al fin y al cabo, “vivirlos” en toda la Comunidad Educativa dentro de una “planificación intencional” donde se hagan presentes. También en los temas transversales (el desarrollo de valores democráticos, cívicos y éticos de nuestra sociedad, los hábitos de consumo y vida saludable, la utilización del tiempo de ocio, la coeducación, el desarrollo cultural, la sostenibilidad, y la cultura andaluza) abordados de manera amplia en toda la etapa de Educación Infantil y asumidos por sus profesionales, guían las actividades y experiencias de la Comunidad Educativa y suponen la priorización y la concreción en el currículum de esa educación en valores, traduciéndose en propuestas metodológicas concretas.
Siguiendo este razonamiento, se hace evidente la importancia que tiene el equipo docente. A cada uno de las profesionales le exige, no sólo un compromiso individual, sino también, participar de un modelo organizativo democrático y de unas líneas metodológicas basadas en la participación, la reflexión y la enseñanza activa y constructivista.
En nuestro proceso de reflexión hemos considerado los siguientes valores, sabiendo que la división que establecemos es formal ya que no existen compartimentos estancos cuando se habla de principios generales:
Respeto y tolerancia
Propiciar la consideración del otro, niño, niña o adulto, admitiendo los diferentes enfoques y opiniones dentro de un clima de tolerancia, cordialidad y honestidad. Así mismo, promover la valoración de los otros seres vivos, los objetos y nuestro entorno natural.
Respeto a la diversidad
Fomentar actitudes de respeto a las diferencias, facilitando la aceptación de que las realidades individuales son diversas, tanto desde el punto de vista cultural, social y económico, como desde el propio individuo. El individuo es único por origen, sexo, condiciones sociales, aptitudes, estilos cognitivos y afectivos. Nuestro objetivo es propiciar la igualdad de derechos y deberes, la no discriminación del individuo, la aceptación de las diferencias y el enriquecimiento personal que éstas conllevan.
Autonomía
Propiciar el conocimiento de uno, una mismo, la formación de su propia identidad y el desarrollo de su autonomía. Nuestro objetivo es que, por medio de su proceso madurativo y además su propia actividad, la interacción social y la estimulación del entorno, el individuo adquiera conocimiento sobre su cuerpo y la configuración de su propia imagen. Al fin, es crear espacios que permitan el desarrollo individual, armónico y la inclusión y la participación en el grupo.
Socialización
Apreciar la función social del centro como primer ámbito de relación ampliada del niño o de la niña, donde tendrá su primera experiencia social fuera de su núcleo familiar, por lo que se deben facilitar los recursos que le permita establecer las relaciones sociales y afectivas, desarrollando actitudes de colaboración y apoyo que propicien el respeto a las pautas y normas, que determina tanto el grupo de referencia, como el grupo ampliado.
Colaboración
Transmitir el interés por lo colectivo, por el grupo y la tarea común, promoviendo actitudes de cooperación y ayuda, de forma que se facilite la participación, la comunicación y el compromiso de cada uno de los individuos con un objetivo común.
Creatividad
Fomentar la utilización de diversos recursos para potenciar la creatividad. Propiciar que el niño o la niña realice tareas y actividades buscando nuevas formas de hacer, facilitando el descubrimiento.
Responsabilidad
Propiciar actuaciones en consecuencia con los propios principios y valores, respetando los aceptados por la Comunidad Educativa de forma que se facilite la iniciativa y la toma de decisiones personales. Si se promueve la evaluación y la reflexión sobre el propio trabajo y el trabajo del grupo, se favorecerá la adquisición de un compromiso individual y colectivo con la tarea y con los individuos.
Equidad
Se transmite a los niños y niñas que todas las personas somos diferentes y a la vez equivalentes. Todos tenemos los mismos derechos independientemente de nuestro sexo, religión, raza, circunstancias sociales…
Coeducación
Se justifica la necesidad de comenzar una educación no sexista los primeros años de vida, analizando cómo se adquieren los roles y estereotipos de género, los factores que influyen en su aprendizaje, así como el papel que para la infancia juegan las personas adultas como modelos en la adquisición de los mismos. Se tienen que transmitir una serie de conocimientos, valores y actitudes a todos los sujetos niños y niñas. Potenciar las habilidades necesarias para que cada individuo, independientemente de su sexo, las integre en su personalidad. Es decir, pretendemos que toda persona tenga la oportunidad de potenciar valores, actitudes y conocimientos que posibiliten un desarrollo integral de su personalidad, lo que, a su vez, permitirá una integración responsable y participativa como miembro de la sociedad en la que se vive sin hacer diferencias por razón de sexo.
Solidaridad
Educar en la solidaridad implica entender el mundo como interdependiente y la responsabilidad que tenemos cada uno en nuestra vida cotidiana a través de nuestros hábitos para lograr un mundo más justo.
Potenciar desde el centro la solidaridad significa aprovechar aspectos como los conflictos de valores, la cooperación y participación en el aula, compromiso e implicación y nuestros centros de interés (partir de acontecimientos y problemas del aula y del centro, por ejemplo, las peleas en clase, cooperar juntos en clase, etc.)
Sostenibilidad
El cuidado y respeto a la naturaleza forman parte de los valores a enseñar a los niños y a las niñas. El futuro depende de lo que se les enseñe ahora. Es importante aprovechar esa etapa tan fundamental en el desarrollo evolutivo como una base importante para la adquisición de hábitos. La relación con el entorno inmediato a estas edades, es muy estrecha, ya que los primeros aprendizajes infantiles están ligados al reconocimiento de su entorno más inmediato. Por ello, aprovecharemos esa relación para fomentar su descubrimiento, respeto y cuidado.
Coeducación
Se justifica la necesidad de comenzar una educación no sexista los primeros años de vida, analizando cómo se adquieren los roles y estereotipos de género, los factores que influyen en su aprendizaje, así como el papel que para la infancia juegan las personas adultas como modelos en la adquisición de los mismos. Se tienen que transmitir una serie de conocimientos, valores y actitudes a todos los sujetos niños y niñas. Potenciar las habilidades necesarias para que cada individuo, independientemente de su sexo, las integre en su personalidad. Es decir, pretendemos que toda persona tenga la oportunidad de potenciar valores, actitudes y conocimientos que posibiliten un desarrollo integral de su personalidad, lo que, a su vez, permitirá una integración responsable y participativa como miembro de la sociedad en la que se vive sin hacer diferencias por razón de sexo.
Solidaridad
Educar en la solidaridad implica entender el mundo como interdependiente y la responsabilidad que tenemos cada uno en nuestra vida cotidiana a través de nuestros hábitos para lograr un mundo más justo.
Potenciar desde el centro la solidaridad significa aprovechar aspectos como los conflictos de valores, la cooperación y participación en el aula, compromiso e implicación y nuestros centros de interés (partir de acontecimientos y problemas del aula y del centro, por ejemplo, las peleas en clase, cooperar juntos en clase, etc.)
Sostenibilidad
El cuidado y respeto a la naturaleza forman parte de los valores a enseñar a los niños y a las niñas. El futuro depende de lo que se les enseñe ahora. Es importante aprovechar esa etapa tan fundamental en el desarrollo evolutivo como una base importante para la adquisición de hábitos. La relación con el entorno inmediato a estas edades, es muy estrecha, ya que los primeros aprendizajes infantiles están ligados al reconocimiento de su entorno más inmediato. Por ello, aprovecharemos esa relación para fomentar su descubrimiento, respeto y cuidado.
Como síntesis de los puntos anteriores, coincidimos con el informe de la UNESCO de la comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI que con el título “La Educación encierra un tesoro” afirma que la educación a lo largo de la vida se basa en cuatro pilares: “aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser”. Reforzando siempre el ser en lugar del tener.